En un intento desesperado por mejorar la calidad del aire, un avión del gobierno indio sobrevoló Nueva Delhi liberando productos químicos sobre las nubes con el objetivo de inducir lluvias. La esperanza era que el agua ayudara a “lavar” las partículas contaminantes suspendidas en el aire, que alcanzaban niveles 20 veces superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ministro de Delhi, Manjinder Singh Sirsa, confirmó que el experimento se llevó a cabo en colaboración con el Instituto Indio de Tecnología de Kanpur (IIT-K) y que se planean nuevas pruebas en los próximos días. Las autoridades confiaban en obtener precipitaciones leves en algunas zonas durante la jornada.
La situación de la capital india es crítica: con más de 30 millones de habitantes, la ciudad encabeza el ranking mundial de urbes más contaminadas, según el informe de IQAir, una organización suiza especializada en monitoreo atmosférico.
Qué es la siembra de nubes y por qué genera dudas

La siembra de nubes es una técnica de modificación climática que consiste en dispersar sustancias como yoduro de plata o sal para estimular la formación de gotas de lluvia. Se ha utilizado en regiones áridas de Estados Unidos, China o los Emiratos Árabes Unidos, principalmente para combatir sequías, aunque su efectividad científica sigue siendo objeto de debate.
En el caso de Nueva Delhi, el propósito no era aumentar las reservas de agua, sino reducir temporalmente la polución que cubre la ciudad durante el invierno, cuando la quema de rastrojos agrícolas, las bajas temperaturas y las emisiones industriales se combinan en una mezcla tóxica.
Sin embargo, especialistas como Krishna Achuta Rao, del Instituto Indio de Tecnología de Nueva Delhi, advierten que la siembra de nubes no es una solución real. Según explicó, “solo puede limpiar el aire durante unos pocos días; después, la contaminación vuelve a los niveles anteriores”.
Medidas temporales frente a un problema estructural

Cada año, cuando el smog cubre la capital, las autoridades aplican medidas de emergencia: prohibiciones de construcción, restricciones a generadores diésel y cañones antismog para rociar agua sobre las calles. Pero estos paliativos no atacan la raíz del problema.
Rao y otros expertos insisten en que la única solución duradera pasa por reducir las emisiones en origen. Esto implicaría políticas mucho más estrictas sobre la industria, el tráfico rodado y las prácticas agrícolas.
“Sembrar nubes no es una cura, es más bien un gesto político para mostrar que algo se está haciendo”, añadió el investigador.
Mientras tanto, los habitantes de Delhi continúan viviendo bajo una nube gris que afecta la salud pública, reduce la visibilidad y altera la vida cotidiana de millones de personas.
La paradoja de una tecnología simbólica
El experimento refleja una paradoja: India está apostando por tecnologías avanzadas para modificar el clima, cuando aún no logra aplicar regulaciones ambientales efectivas para evitar que el aire llegue a niveles peligrosos.
La siembra de nubes podría ofrecer un respiro momentáneo, pero no puede sustituir el cambio estructural que necesita el país. Como recordaron los científicos del IIT, la única “lluvia” capaz de limpiar verdaderamente el aire de Nueva Delhi será la que caiga tras una transformación política y energética profunda.
[Fuente: Cadena3]
 
				 
															 
                           
                          