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Crecen las tensiones entre Elon Musk y la NASA por la incertidumbre del futuro de la misión a la Luna

La nueva carrera espacial no solo enfrenta a Estados Unidos con China, sino también a las propias empresas que colaboran con la NASA. En el marco de la misión Artemis 3, destinada a devolver astronautas a la superficie lunar por primera vez desde 1972, la agencia espacial evalúa alternativas ante los retrasos del megacohete Starship de SpaceX.

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El anuncio lo hizo el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, durante una entrevista con Fox News. Aunque calificó a SpaceX como “una empresa increíble”, reconoció que la agencia “no puede darse el lujo de esperar” y que considera otras opciones ante los atrasos del proyecto.

Las declaraciones bastaron para desatar la reacción del fundador de SpaceX. En su red social X, Elon Musk publicó un mensaje explosivo:

“¡Sean el idiota está intentando matar a la NASA!”.

Con su estilo característico, el empresario acusó a Duffy de sabotear el progreso del programa y defendió a su compañía, asegurando que Starship “terminará realizando toda la misión lunar” y que su equipo “avanza como un rayo frente al resto de la industria espacial”.

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© NASA.

El programa Artemis, considerado el heredero de las misiones Apolo, busca establecer una presencia humana sostenible en la Luna y servir como base de prueba para futuras expediciones a Marte. La misión Artemis 3 estaba prevista para 2027, aunque expertos ya anticipan que podría retrasarse por los desafíos técnicos que enfrenta SpaceX con Starship, el cohete más grande y potente jamás construido.

Mientras tanto, China planea su propia misión tripulada a la Luna antes de 2030, lo que ha incrementado la presión política sobre la NASA. “Estamos en una carrera, y no podemos permitirnos otro aplazamiento”, dijo Duffy en la entrevista, subrayando que el programa estadounidense debe mantener su liderazgo.

En caso de que SpaceX no cumpla los plazos, la NASA podría asociarse con Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos, que también desarrolla un módulo lunar y se presenta como la alternativa más sólida.

Egos, política y presión internacional

El enfrentamiento entre Musk y la NASA no es solo técnico: refleja la tensión entre el sector privado y el público en la conquista espacial del siglo XXI. Mientras la agencia prioriza la cooperación y los plazos estratégicos, Musk apuesta por un modelo más agresivo, impulsado por la innovación rápida y la competencia.

Analistas señalan que la disputa también se alimenta de los egos de los dos hombres más poderosos del espacio privado: Musk y Bezos, rivales declarados que ahora podrían enfrentarse directamente por el contrato más importante de la exploración lunar moderna.

Aún así, la NASA mantiene su discurso diplomático: “Seguimos trabajando estrechamente con SpaceX, pero estamos abiertos a nuevas alianzas”, señaló un portavoz.

Si bien las tensiones parecen escalar, ambas partes saben que el éxito de Artemis —y con él, el liderazgo estadounidense en el espacio— depende en gran medida de que encuentren la forma de volver a colaborar.

[Fuente: Página 12]

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