En los astilleros de Guangzhou se gestó, casi en silencio, una de las embarcaciones más desconcertantes vistas en años. Las imágenes por satélite ya habían despertado sospechas, pero la reciente aparición de su primera fotografía real desató una ola de interrogantes. Se trata de un diseño que parece desafiar las categorías tradicionales entre buque de superficie y submarino, con implicancias aún imprevisibles.
La primera imagen que lo cambia todo
Durante meses, únicamente se sabía de su existencia por imágenes borrosas tomadas desde el espacio. La nave, cubierta por lonas en el astillero de Huangpu, alimentó rumores y análisis técnicos a distancia. Pero ahora, una fotografía difundida en redes sociales muestra por primera vez al misterioso buque completamente a la vista, ya navegando en mar abierto.
La imagen revela una embarcación oscura, de unos 64 metros de eslora y con un llamativo diseño de triple casco, también conocido como trimarán. A simple vista, su silueta se asemeja más a la de un submarino que a la de un buque de superficie convencional. Este aspecto, sumado a varios detalles técnicos visibles en la torre de mando, sugiere que podría tratarse de una nave total o parcialmente sumergible.
Entre los elementos más llamativos se encuentra lo que parece ser un sistema de propulsión tipo pump-jet en la parte posterior, un método mucho más silencioso que las hélices tradicionales. Este tipo de propulsión es característico de submarinos modernos que priorizan el sigilo acústico como ventaja estratégica.
Un diseño híbrido que desconcierta a los analistas
La torre de mando presenta rasgos típicos de un submarino. En su parte superior se distingue un posible esnórquel (el tubo que permite la entrada de aire cuando la nave navega a poca profundidad) o, alternativamente, un mástil de antenas. A esto se suman marcas de calado visibles tanto en la torre como en otras secciones del casco, un indicio claro de que la nave podría operar sumergida, o al menos casi por completo por debajo de la superficie.
Según análisis del medio especializado The War Zone, todas estas características apuntan a una nave híbrida, capaz de combinar las ventajas del sigilo submarino con la eficiencia de desplazamiento de un buque de superficie. Aquí entra en juego su estructura trimarán: un casco principal flanqueado por dos secundarios que aumentan la estabilidad y reducen la resistencia hidrodinámica a altas velocidades.
Una de las grandes incógnitas es si se trata de una nave tripulada o no. De confirmarse que opera sin tripulación, estaríamos ante un híbrido entre vehículo de superficie no tripulado (USV) y vehículo submarino no tripulado (UUV), una categoría aún poco explorada a gran escala por las grandes potencias navales.

La hipótesis del buque arsenal
El propósito real de la nave sigue siendo un misterio, pero una de las teorías más discutidas es que podría tratarse de un desarrollo del llamado “buque arsenal”. Este concepto, largamente rumoreado en el ámbito militar chino, se basa en una nave difícil de detectar, con baja visibilidad radar y gran capacidad de carga ofensiva.
En este escenario, la nave podría permanecer oculta bajo el agua durante largos períodos y emerger solo para ejecutar ataques mediante misiles antibuque o de ataque a tierra. Un buque de estas características, con poca o ninguna tripulación, permitiría ampliar enormemente el poder de fuego de una flota sin exponer a grandes unidades de combate.
Sin embargo, por el momento no hay evidencia visible de sistemas de lanzamiento vertical en su cubierta, lo que deja esta hipótesis en terreno de la especulación. Aun así, el diseño sobrio y la ausencia de estructuras típicas de buques civiles refuerzan la sospecha de un uso estrictamente militar.
¿Nodriza de drones, transporte especial o laboratorio flotante?
Otras interpretaciones señalan que el buque podría funcionar como nave nodriza para drones. En este caso, se trataría de vehículos aéreos de despegue y aterrizaje vertical (VTOL), ya que no se observa una cubierta de vuelo convencional para operaciones aéreas tradicionales. Este rol encajaría con las tendencias actuales de guerra no tripulada, donde plataformas discretas despliegan enjambres de drones para tareas de reconocimiento o ataque.
También existe la posibilidad de que esté concebido para el transporte de fuerzas especiales. Una nave semisumergible y de bajo perfil resulta ideal para operar en zonas litorales sensibles, facilitando infiltraciones sin ser detectada. Modelos de este tipo ya existen en otras armadas, como el Sealion estadounidense, diseñado precisamente para misiones encubiertas.
Por último, algunos expertos sostienen que podría tratarse simplemente de un banco de pruebas tecnológico. China podría estar utilizando esta plataforma para experimentar con nuevas combinaciones de casco, sistemas de propulsión y capacidades híbridas, sin una misión operativa definitiva por el momento.
Un proyecto rodeado de silencio estratégico
Más allá de las teorías, lo cierto es que el hermetismo es total. Las autoridades chinas no han emitido ningún comunicado oficial sobre la nave, su misión o su estado de desarrollo. Todo lo que se sabe hasta ahora proviene del análisis de imágenes, comparaciones con otros diseños experimentales y filtraciones indirectas.
Este silencio no hace más que intensificar el interés internacional. Cada nuevo detalle observado alimenta la idea de que China podría estar ensayando un nuevo tipo de plataforma naval capaz de alterar ciertos equilibrios en el ámbito marítimo.
A la espera de nuevas pistas
Por ahora, el buque-submarino de triple casco sigue navegando envuelto en preguntas. Su aparición pública marca apenas el inicio de un proceso de observación que, con el tiempo, permitirá conocer más sobre sus capacidades reales.
Habrá que esperar a que surjan nuevas imágenes, pruebas de navegación más claras o incluso maniobras militares donde pueda verse en acción. Hasta entonces, esta extraña nave continúa siendo uno de los enigmas tecnológicos más inquietantes surgidos de los astilleros chinos en los últimos años. Un híbrido que, por ahora, solo deja ver su silueta… y ninguna de sus verdaderas intenciones.
[Fuente: La Razón]