El placer de escuchar

Primero quiso conquistar el espacio. Ahora Elon Musk quiere conquistar la verdad, aunque para lograrlo tenga que reinventarla

Elon Musk ya controla cohetes, satélites, redes sociales, autos eléctricos y supercomputadoras de inteligencia artificial. Pero ahora apunta más alto: al conocimiento mismo.

Su nueva creación, Grokipedia, lanzada esta semana por la startup de IA xAI, promete ser “la fuente definitiva de la verdad”. Es, según Musk, una alternativa a Wikipedia, a la que acusa de “sesgo ideológico de izquierda” y de ser “una herramienta de propaganda disfrazada de enciclopedia”.

El eslogan de Grokipedia es tan ambicioso como inquietante: “La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad”. Sin embargo, bastó una sola entrada para poner en duda esa promesa.

Una definición que encendió el debate

Elon Musk lanza Grokipedia: la enciclopedia de IA que promete “la verdad” y ya genera polémica
© Getty Images / Odd Andersen

Entre los primeros artículos publicados, uno en particular se volvió viral y desató una tormenta global: la entrada dedicada a las Islas Malvinas. Grokipedia, la nueva enciclopedia impulsada por xAI, las definió bajo su denominación británica —Falkland Islands— como un “archipiélago remoto administrado como Territorio Británico de Ultramar desde 1833, salvo por una ocupación argentina de 74 días en 1982 que provocó la Guerra de las Malvinas”.

El artículo añadía que “la soberanía del archipiélago es cuestionada por Argentina, que basa su reclamo en una supuesta herencia de los derechos coloniales españoles”, y concluía citando el referéndum de 2013 en el que “el 99,8 % de los participantes afirmó el deseo de seguir siendo un territorio del Reino Unido”.
Para millones de argentinos, la definición fue una provocación: una versión fría y unilateral de un conflicto que sigue siendo una causa nacional.

El texto fue redactado, según xAI, por un modelo de lenguaje “entrenado para eliminar sesgos”. Sin embargo, lo que hizo fue reproducir la visión política del Reino Unido, y con ello exponer el mismo dilema que Musk decía querer resolver: la imposibilidad de construir una verdad universal cuando los algoritmos también heredan las perspectivas del poder que los programa.

La cruzada contra los sesgos

Elon Musk lanza Grokipedia: la enciclopedia de IA que promete “la verdad” y ya genera polémica
© Grokipedia.

Musk lleva meses criticando la forma en que Wikipedia modera el contenido y el tono de los artículos sobre temas políticos, históricos o sociales. Para él, la inteligencia artificial debe corregir esas “distorsiones humanas”. Pero el lanzamiento de Grokipedia demuestra lo contrario: los algoritmos no son neutrales, solo aprenden a simular la objetividad de quienes los entrenan.

En la práctica, Grokipedia no está construida sobre editores voluntarios, como Wikipedia, sino sobre un sistema automatizado que prioriza fuentes verificadas por su propia red de modelos de lenguaje. Es decir, un círculo cerrado donde la IA valida sus propias conclusiones.

El resultado es una enciclopedia que no depende del consenso, sino de la programación. Y eso, en términos filosóficos, es exactamente lo opuesto al conocimiento abierto que dice representar.

Verdad, algoritmo y poder

Elon Musk lanza Grokipedia: la enciclopedia de IA que promete “la verdad” y ya genera polémica
© Shutterstock / Cristiano Barni.

La polémica no es nueva. Desde que Musk compró Twitter —ahora X— ha insistido en su cruzada contra lo que él considera “la manipulación informativa”.
Con Grokipedia, ese discurso alcanza una nueva dimensión: ya no se trata de controlar la conversación, sino la definición misma de los hechos.

El riesgo, advierten analistas, es evidente. Si la verdad pasa a depender de una plataforma privada, entrenada y administrada por un grupo con su propia agenda, el conocimiento público deja de ser una construcción colectiva para convertirse en un producto ideológico disfrazado de objetividad.

Una enciclopedia del futuro… o del pasado

Musk asegura que Grokipedia será “el antídoto contra la desinformación”, pero sus primeras definiciones han demostrado lo contrario: la inteligencia artificial no elimina los sesgos, solo los disfraza de neutralidad. La historia muestra que cada intento de monopolizar la verdad —ya sea por un gobierno, una religión o una empresa— termina enfrentándose a su propio espejo.

Quizá el proyecto de Musk logre redefinir cómo accedemos a la información. O tal vez sea solo el capítulo más reciente de una obsesión más grande: la de un hombre que quiere controlar no solo el cielo y la red, sino también la realidad misma.

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