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Se contrae cuando debería expandirse. El misterioso material que podría llevar a la NASA a encontrar exoplanetas habitables

Durante siglos, la astronomía se ha enfrentado a un límite invisible: la estabilidad de los materiales con los que construimos nuestros telescopios. Ahora, un equipo respaldado por la NASA ha presentado una aleación con propiedades insólitas, capaz de alterar el comportamiento térmico clásico de la materia. Si funciona como se espera, podría marcar el inicio de una nueva era en la exploración cósmica.

Una paradoja metálica que reta a la física cotidiana

El metal imposible que podría revelar mundos ocultos
© Instalación criogénica y de rayos X de la NASA [XRCF].

Los materiales tradicionales se expanden con el calor y se contraen con el frío. La nueva aleación ALLVAR 30 hace lo contrario: se encoge cuando aumenta la temperatura y se expande al descender. Esta propiedad, conocida como expansión térmica negativa (NTE), la convierte en un aliado perfecto para compensar las variaciones de otros componentes en estructuras sensibles como los telescopios espaciales.

El reto de ver planetas ocultos

Detectar un exoplaneta no es como observar un objeto brillante en el cielo. Se trata de encontrar un punto de luz miles de millones de veces más débil que la de su estrella anfitriona. El futuro Observatorio de Mundos Habitables de la NASA necesitará una precisión extrema: una estabilidad de apenas 10 picómetros, una décima parte del tamaño de un átomo. Una exigencia que ningún material convencional puede cumplir por sí solo.

ALLVAR 30: del laboratorio al espacio profundo

El metal imposible que podría revelar mundos ocultos
© NASA/Chris Gunn.

Gracias a programas de innovación de la NASA, la aleación pasó de ser un experimento a probarse en configuraciones reales. En ensayos recientes, los puntales fabricados con este material lograron una estabilidad casi perfecta al integrarse con espejos y estructuras tradicionales, alcanzando cifras 200 veces más estables que con aluminio o titanio. Un paso crucial hacia telescopios capaces de distinguir la tenue atmósfera de un planeta lejano.

Más allá de la astronomía

Aunque el foco está en la búsqueda de mundos habitables, los usos de esta tecnología se expanden mucho más allá del espacio. Desde la computación cuántica hasta la ingeniería nuclear, pasando por la óptica médica, la aleación promete resolver problemas derivados de la expansión y contracción térmica que limitan la precisión en distintos campos. Como suele ocurrir en ciencia, lo que se inventa para mirar las estrellas podría transformar la vida en la Tierra.

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