El placer de escuchar

Un robot humanoide con rostro femenino empieza a trabajar en hoteles de China. Así es Hobbs W1 y esto es lo que puede hacer

China acaba de dar un paso más en la automatización de la atención al público. No se trata de un robot industrial ni de un asistente con forma abstracta, sino de un humanoide diseñado explícitamente para interactuar con personas en entornos reales. Su nombre es Hobbs W1 y su objetivo es claro: ocupar puestos de recepción en hoteles, oficinas, comercios y espacios donde la comunicación humana es constante.

El robot fue desarrollado por la empresa tecnológica china Noetix, que apuesta por una combinación de inteligencia artificial, movilidad autónoma y diseño social para llevar los humanoides fuera del laboratorio y colocarlos frente al público. En lugar de centrarse en tareas físicas complejas, Hobbs W1 está pensado para orientar, informar, acompañar y responder preguntas, justo lo que ocurre a diario en una recepción profesional.

Un diseño pensado para generar cercanía

Un robot humanoide con rostro femenino empieza a trabajar en hoteles de China. Así es Hobbs W1 y esto es lo que puede hacer
© X / @housebots.

Uno de los elementos más llamativos de Hobbs W1 es su cabeza biónica de apariencia femenina. No es un detalle estético menor. Está diseñada para resultar familiar, comprensible y menos intimidante para el usuario. En lugar de un rostro rígido, integra una pantalla interactiva que muestra expresiones, información visual y apoyo contextual a la conversación.

La idea es reducir la fricción en la interacción humano-máquina. Cuando una persona se acerca a un mostrador, espera contacto visual, señales claras y respuestas rápidas. Hobbs W1 intenta replicar esa experiencia mediante gestos visuales, lenguaje natural y una presencia física que recuerda más a un recepcionista que a un terminal automático.

Qué puede hacer exactamente este robot

Desde el punto de vista mecánico, Hobbs W1 no es solo una “cara bonita”. Incorpora brazos robóticos con cinco grados de libertad y manos con seis grados de libertad, una configuración avanzada para un robot de atención al público. Esto le permite realizar gestos naturales, señalar direcciones, entregar objetos pequeños y acompañar físicamente a los visitantes.

Su sistema de navegación autónoma le permite desplazarse por interiores complejos. Puede mapear el entorno, evitar obstáculos, moverse por pasillos concurridos y guiar a las personas hasta ascensores, habitaciones o salas específicas. Todo esto sin necesidad de control constante por parte de un operador humano.

En términos de software, el robot integra reconocimiento de voz, procesamiento de lenguaje natural y detección básica de emociones. Esto le permite adaptar respuestas, mantener conversaciones fluidas y reaccionar de forma más humana ante dudas, confusión o solicitudes repetidas. También puede sincronizar información en tiempo real, como horarios, disponibilidad de servicios o indicaciones internas del edificio.

Hoteles como campo de pruebas

No es casual que los hoteles aparezcan como el primer escenario de despliegue. Son espacios donde la repetición de tareas es alta, la rotación de personas es constante y la necesidad de información inmediata es crítica. Check-in, orientación básica, indicaciones de servicios y resolución de dudas simples ocupan gran parte del tiempo del personal humano.

Noetix sostiene que Hobbs W1 no busca reemplazar directamente a los trabajadores, sino complementar su labor. El robot se encargaría de las interacciones más rutinarias, permitiendo que el personal humano se concentre en tareas más complejas o personalizadas. En la práctica, es una prueba de hasta qué punto la automatización puede convivir con el trabajo humano en espacios sociales.

Un contexto más amplio en China

Un robot humanoide con rostro femenino empieza a trabajar en hoteles de China. Así es Hobbs W1 y esto es lo que puede hacer
© YouTube / RoboFrontier.

La presentación de Hobbs W1 no ocurre en el vacío. China lleva años impulsando el desarrollo de robots humanoides como parte de su estrategia tecnológica e industrial. En los últimos meses, varias empresas del país han mostrado prototipos orientados a servicios, educación y atención al cliente, con precios cada vez más competitivos.

Noetix ya había presentado anteriormente Bumi, un humanoide más pequeño y económico, tras una ronda de financiación cercana a los 41 millones de dólares. Hobbs W1 representa un salto hacia el sector corporativo y hotelero, donde la apariencia, la fiabilidad y la interacción social pesan tanto como la tecnología interna.

Lo que realmente está en juego

Más allá del impacto visual, Hobbs W1 plantea una pregunta incómoda pero inevitable. Si un robot puede orientar huéspedes, responder preguntas, acompañar visitantes y mantener conversaciones básicas durante horas sin descanso, ¿qué tipo de tareas seguirán siendo exclusivamente humanas?

Por ahora, el robot no improvisa, no gestiona conflictos complejos ni reemplaza la empatía real. Pero sí demuestra que la frontera entre “máquina” y “personal de atención” empieza a desdibujarse. En China, al menos, los recepcionistas del futuro ya no son solo personas. Y esta vez, no es un concepto experimental: es un robot listo para ponerse a trabajar.

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