Sábado, 24 de Junio de 2017

Cómo las estaciones del año cambian nuestras emociones

Podemos echarle la culpa de nuestros cambios de ánimo al calor o al frío, a la lluvia o al sol… ¡y tendríamos toda la razón!

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Las condiciones climáticas pueden ejercer mucha influencia en el estado anímico de las personas.

En algunas épocas del año las enfermedades mentales (como la depresión) empeoran. También se experimentan síntomas relacionados al sueño, a la energía o a la concentración.

El trastorno afectivo estacional (TAE, por sus siglas) es más frecuente en los adultos y, sobre todo, en las mujeres.

No obstante, el entorno, las experiencias personales y hasta la historia familiar nos predisponen más o menos a estos cambios.

Este síndrome tiene algunos síntomas de depresión y está relacionado a la exposición solar o luz natural.

En otoño e invierno, cuando amanece más tarde y anoche más temprano, se producen muchos cambios a nivel hormonal y de neurotransmisores.

  • Las personas con este trastorno experimentan cambios de humor, desesperanza, ansiedad, irritabilidad, disminución de la libido…
  • También presentan síntomas vegetativos como aumento de peso y apetito, rechazo interpersonal o hipersomnia (dormir más de lo habitual).

Hay muchas teorías relacionadas al TAE.

No obstante, la mayoría indican que se debe a una respuesta cerebral en relación a la disminución de la luz y a las hormonas encargadas de los ciclos de sueño y vigilia:

  • La melatonina (está presente durante la oscuridad de la noche).
  • La serotonina (aumenta cuando nos exponemos a la luz).

Esto puede explicar por qué en verano desaparecen la tristeza, el mal humor y la depresión, tenemos más energía y nos levantamos antes que suene el despertador.

Por el contrario, cuando los días son más cortos (otoño e invierno) el estado de ánimo es bajo y los pensamientos y emociones negativas están a la orden del día. 

Por su parte, según la época del año nuestra alimentación es diferente y eso también puede influir en el ánimo.

Aunque es verdad que en la actualidad podemos consumir cualquier alimento sin seguir un ciclo estacional debido a la globalización y a los métodos de cultivo o refrigeración, nuestro cuerpo elige ciertas comidas según la temperatura externa.

  • En verano consumimos más frutas y verduras, alimentos frescos y ligeros, bebidas frías…
  • En invierno preferimos menús más pesados, más calóricos, calientes y reconfortantes.

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Libertad Productora