Miércoles, 27 de Septiembre de 2017

Cigarrillos electrónicos: confirman el daño a los vapeadores pasivos

Científicos argentinos comprobaron que los vapores de los cigarrillos electrónicos pueden afectar a quienes no los usan y exponerlos a sustancias cancerígenas o irritantes del sistema respiratorio

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La polémica por el uso del cigarrillo está lejos de terminar. Si bien en Argentina su venta está prohibida -a diferencia de varios países de la región- se lo suele vender en Internet o muchos lo traen del exterior.

Y cada vez más científicos y personas ligadas al sector de la salud, cuestionan su uso como dispositivo que utiliza líquidos con o sin nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas que el calor convierte en el aerosol que se inhala.

Ya el año pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido de sus peligros al afirmar en un comunicado: "Las pruebas existentes demuestran que los cigarrillos electrónicos no son sólo vapor de agua. Su uso plantea graves amenazas para los adolescentes y los fetos".

Aunque el vapor emitido por cigarrillos electrónicos es mucho menos tóxico que el humo derivado de la combustión del tabaco, en determinadas circunstancias puede poner en riesgo la salud de los usuarios y, también, de quienes se exponen a él de segunda mano. Así lo comprobaron científicos argentinos, quienes aportan así una prueba de la existencia de los "vapeadores" pasivos.

"Si se compara con las condiciones menos extremas de uso de los cigarrillos electrónicos, el impacto [sobre la salud] resulta ser de dos a tres órdenes de magnitud menor que el de los cigarrillos convencionales. Pero no por eso pueden considerarse inocuos", advirtió Hugo Destaillats, doctor en química por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigador del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de la Universidad de California, en Estados Unidos.

Para arribar a estas conclusiones, Destaillats y colegas del CONICET se basaron en un estudio previo de 2016 (también firmado por el químico argentino) que identificó 30 compuestos en los aerosoles de los cigarrillos electrónicos empleando técnicas de cromatografía. Algunos de ellos son potencialmente dañinos, explicó Destaillats, porque irritan el sistema respiratorio (acroleína, formaldehído y diacetilo) y/o son carcinogénicos (formaldehído y benceno). Sin embargo, faltaba documentar los niveles de exposición en función de las condiciones de uso.

En el nuevo estudio, publicado en la revista internacional Environmental Science & Technology, los científicos simularon la inhalación de los "vapeadores" y determinaron los niveles de compuestos presentes en el vapor. Así, comprobaron que, en el caso de una persona que consuma grandes cantidades de cigarrillos electrónicos (250 pitadas por día), puede exceder los niveles máximos recomendados por agencias de protección laboral y organismos de salud para formaldehído, acroleína y diacetilo.


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