Messi, Di María y un Ferrari

Helmut Ditsch nació en Villa Ballester, partido de San Martín, hace 55 años y emigró a Europa antes a los 26 en busca de las posibilidades que se le negaban sistemáticamente en su país. Helmut es el artista plástico argentino más cotizado de todos los tiempos: pintó las dos obras más caras de la historia del arte argentino. El año pasado vendió Cosmigonón, una obra dedicada al glaciar Perito Moreno a un coleccionista austríaco por 1,5 millones de dólares. 

Sus raíces, así como su desenfreno por la clasificación al Mundial, son inocultables. Las cifras estratosféricas de sus obras, su consagración artística, no diluyeron su primitiva pasión futbolera, parte intrínseca del gen argentino. Su devoción por la selección nacional dejó de ser abstracta en su Ferrari F430: el color Rosso Corsa se interrumpe ante dos banderas celeste y blanca. A su lado, también ploteados, los nombres de Lionel Messi y Ángel Di María, dos figuras del combinado nacional.

Después del 3 a 1 contra Ecuador y el boleto a Rusia, Helmut decidió coronar su agradecimiento en la piel de su deportivo. "Veníamos de perder la final del Mundial, que fue un golpazo. Teniendo el mejor equipo, con dos magos de la pelota, como Messi y Di María, también nos tocó caer en dos finales de la Copa América. Y todo eso desató una especie de estrés en mí. Encima, estoy muy pendiente de la actualidad de nuestro país, y veo cómo estamos retrocediendo en todo aspecto: en lo político, lo social y también lo deportivo… Por eso es que este partido me generaba una angustia muy particular: ¡los jugadores no podían negarle esta alegría a la gente! Esta fue la respuesta ante su logro, mi agradecimiento…", reveló.