Conoce por qué es malo el azúcar para nuestro organismo

La dependencia que nos causa el azúcar

El motivo por el que es malo el azúcar para nuestro organismo es porque nos aporta calorías vacías. Es decir, en realidad no es nutritivo ni nos proporciona nada saludable. Es, solamente, un elemento que nos hace más mal que bien:

Aumenta nuestros niveles de colesterol malo (LDL), al mismo tiempo que disminuye los del colesterol bueno (HDL).

Favorece la diabetes, pues cuanto más azúcar consumimos, más insulina producirá nuestro páncreas.

Afecta a nuestro sistema inmunitario, pues el azúcar retrasa la capacidad de respuesta de este ante cualquier amenaza cuando consumimos grandes cantidades.

Provoca caries y que nuestros dientes se deterioren con mayor facilidad a medida que pase el tiempo.

Es el mayor causante de la obesidad, una condición que afecta a nuestra salud.

Lo ideal sería no consumirlo. Es decir, si tomamos un té, no echarle azúcar. Todo es cuestión de acostumbrarse. No obstante, si no somos capaces de tomar nada de esto sin endulzarlo, estaría bien echarle un vistazo a las opciones que tenemos cerca:

Sacarina: Es uno de los edulcorantes sintéticos más conocidos y que no es saludable, ni mucho menos. Puede causarnos graves problemas, muchos más que el propio azúcar.
Miel: Es la opción más saludable, pero mejor si es miel natural de abeja. Si tenemos a un amigo que trabaje con abejas o que él mismo recoja miel, será mucho mejor que comprarla.
Estevia: Se ha puesto de moda últimamente y es considerada otra opción saludable. La estevia no aumenta los niveles de glucosa, pero tampoco los disminuye.
La mejor opción de todas sería utilizar la miel, lo más natural posible, para endulzar aquello a lo que nos hemos habituado. No obstante, todo es cuestión de acostumbrarse. ¿Alguna vez has probado a no edulcorar té, café u otro tipo de alimentos que por tendencia endulzabas?

Atender a los alimentos que contienen azúcar
Aunque hayamos visto que el azúcar es malo para nuestro organismo, no basta solo con que lo retiremos o sustituyamos por otras alternativas cuando tomemos té o café. También, es preciso que cuando compremos un producto revisemos si este contiene o no azúcar.