Jueves, 23 de Agosto de 2018

Pausas activas durante la jornada laboral, una estrategia para cuidar la salud del cerebro

Un reciente estudio demostró que permanecer muchas horas sentado puede ser perjudicial para la salud mental a largo plazo. Los efectos sobre el flujo sanguíneo hacia el cerebro son similares a los que ocurren en las piernas. Los especialistas recomiendan realizar una caminata de dos minutos cada media hora.

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La disminución del flujo sanguíneo cerebrovascular se asocia con un menor funcionamiento cognitivo y un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, según lo reveló un reciente estudio publicado en Journal of Applied Physiology.

El estudio demostró que la permanencia prolongada e ininterrumpida de trabajadores sanos en su escritorio reduce el flujo sanguíneo cerebral

Los investigadores de la Universidad John Moores de Liverpool, Inglaterra, reunieron a quince oficinistas sanos, adultos, de sexo masculino y femenino para analizar cómo pasar varias horas al día sentado afecta el funcionamiento cerebral en el largo plazo.

Este estudio exploró el efecto de la sesión ininterrumpida y la interrupción del tiempo sentado sobre el flujo sanguíneo cerebrovascular y la función de oficinistas sanos.

Los resultados demostraron que la permanencia prolongada e ininterrumpida de trabajadores sanos en su escritorio reduce el flujo sanguíneo cerebral. Y lo relevante resultó ser que este efecto se compensa cuando se incorporan descansos frecuentes de corta duración.
Si bien el hallazgo podría tener implicaciones para la salud mental a largo plazo, los investigadores descubrieron que levantarse y caminar durante sólo dos minutos cada media hora parece repeler este declive en el flujo sanguíneo cerebral y podría incluso acelerarlo.

Los especialistas recomiendan levantarse y caminar durante sólo dos minutos cada media hora (Getty)
Los especialistas recomiendan levantarse y caminar durante sólo dos minutos cada media hora (Getty)
El flujo de sangre al cerebro es uno de los procesos internos automáticos que la mayoría de las personas nunca considera, aunque se trata de una función esencial para la vida y la cognición. Las células cerebrales requieren el oxígeno y los nutrientes que contiene la sangre, y varias arterias grandes transportan constantemente sangre hasta la cabeza.

Puesto que este flujo es tan necesario, el cerebro lo regula estrictamente, siguiendo distintas señales fisiológicas, incluyendo los niveles de dióxido de carbono en la sangre, para mantener la velocidad del flujo dentro de un rango muy estrecho.

Sin embargo, ocurren algunas pequeñas fluctuaciones, tanto repentinas como prolongadas, que pueden tener repercusiones. Estudios anteriores en personas y animales habían indicado que caídas leves y cortas en el flujo sanguíneo cerebral pueden nublar temporalmente el pensamiento y la memoria, mientras que los declives a largo plazo están vinculados con riesgos más altos de presentar algunas enfermedades neurodegenerativas, incluyendo la demencia.

Los investigadores descubrieron que levantarse y caminar durante sólo dos minutos cada media hora parece repeler este declive en el flujo sanguíneo cerebral
Otras investigaciones mostraron que permanecer sentado de manera ininterrumpida disminuye el flujo de la sangre a distintas partes del cuerpo. La mayoría de estos estudios se enfocaron en las piernas, que son las más afectadas por la postura que adquieren la mayoría de las personas a la mayor cantidad de horas al día, ya sea que permanezcan sentadas o de pie.

Molestias vasculares como las várices o las hemorroides son algunas de las consecuencias de lo que se conoce como el síndrome del oficinista, un mal que afecta al 20% de los empleados, y que incluye, además, mala alimentación, problemas en la vista, malas posturas, tendinitis y hasta molestias viscerales como el estreñimiento.

Sin embargo, se desconocía si una disminución similar del flujo sanguíneo podría ocurrir en las arterias que llevan sangre al cerebro.


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