Lunes, 17 de Diciembre de 2018

Cómo nos afecta apretar los dientes al dormir

El fenómeno llamado "bruxismo" afecta a la mandíbula mucho más que masticar. Su origen en el estrés.

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Los dientes sólo deberían juntarse al comer. Deberían. Pero la realidad es que una de cada dos personas bruxa cada tanto y una de cada cinco regularmente. Algunas lo hacen de noche, otras de día. El fenómeno se conoce como bruxismo y afecta a la mandíbula mucho más que masticar. Los odontólogos señalan que la presión puede ser de hasta 600 kilos por centímetro cuadrado o más. Esto es perjudicial, y no sólo para los dientes.

Quien apreta muy fuerte las mandíbulas no sólo lima colmillos e incisivos, sino que vuelve lisas las superficies de masticado. Esto hace que se pierdan partecitas de los dientes y también su forma original. Una de las consecuencias es que se vuelven más sensibles al frío y al calor. A veces también se ven afectados rellenos y coronas. En el peor de los casos, se pueden perder dientes enteros.

En algunas ocasiones el bruxismo va desapareciendo solo. Muchos niños dejan de hacerlo después de algunos meses y, por lo general, va cediendo con los años. Pero si se bruxa durante un periodo prolongado de tiempo, lo mejor es que el odontólogo recete una placa para colocar en los dientes por la noche y minimizar el daño. Esta barrera de oclusión protege a los dientes repartiendo la presión que se produce al apretar o rechinar. Además, evita que se sigan desgastando.


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