Miércoles, 19 de Diciembre de 2018

De qué manera el exceso de azúcar envejece más rápido el cerebro

El efecto negativo de glucosa puede ocasionar un efecto boomerang. Rubén Mühlberger, especialista en estética y medicina Anti-Aging, explicó cómo se puede prevenir, detectar y tratar desde la medicina orthomolecular

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El azúcar es un combustible vital. Sin ella, las personas no podrían moverse ni pensar. Sin embargo, aunque las neuronas exigen un continuo suministro energético de glucosa, hoy se sabe que el exceso de moléculas de azúcar puede ocasionar un efecto boomerang en el cerebro.

Los neurólogos que han estudiado estos efectos negativos, concluyeron que existe una estrecha relación entre la hiperglucemia y la reducción del hipocampo.

El grupo de investigadores de la Universidad de Boston reveló, por ejemplo, que las bebidas azucaradas reducen el volumen cerebral y disminuyen notablemente las puntuaciones en las pruebas de memoria. "La reducción en el tamaño del cerebro está asociada con un riesgo alto de sufrir alzheimer", publicaron en Alzheimers & Dementia. Para llegar a esta comprobación, los expertos usaron datos de más de 4000 personas mayores de 30 años. Examinaron sus cerebros mediante imágenes de resonancia magnética y midieron sus capacidades de memoria a través de pruebas psicológicas. Además, todos respondieron cuestionarios sobre la frecuencia con la que consumen ciertos alimentos y las bebidas azucaradas se destacaron entre el resto.

Otro estudio, realizado en la Universidad de Harvard, comprobó el efecto que el exceso de glucosa causa a nivel cerebral, como el envejecimiento prematuro y la reducción de las capacidades neuronales. En este caso, el equipo de investigadores de EEUU seleccionó a 40 personas cuya edad promedio era de 66 años. De estos, 19 tenían diabetes tipo 2 y el resto estaba sano. El 100% de los miembros se sometieron a test de memoria y de inteligencia al inicio del estudio y a los dos años. También se sometieron a dos resonancias magnéticas específicas, con el fin de evaluar el volumen cerebral y el flujo sanguíneo. A su vez, se les extraía sangre para medir los niveles de azúcar. Al cabo de los dos años, en las imágenes cerebrales de los pacientes con altos niveles de azúcar se observaron reducciones en su capacidad para regular el flujo sanguíneo en el cerebro.

También tenían puntuaciones más bajas en varias pruebas de habilidades de la memoria y el pensamiento. Las personas con menor capacidad para regular el flujo de sangre al inicio del estudio tuvieron incluso mayores descensos en una escala que mide las habilidades para realizar tareas diarias como bañarse o cocinar.

Sin dudas, el consumo de glucosa es fundamental, pero no para nuestro cerebro. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se debe reducir el consumo de azúcar libre de las dietas.

En definitiva, todos los alimentos mutan en glucosa, especialmente los carbohidratos que se encuentran en los cereales, tubérculos, legumbres, productos lácteos, frutas y verduras.

"Si llevamos una dieta equilibrada, orgánica y natural no habrá que alarmarse. La energía estará asegurada aunque no comamos nunca más un chocolate. Y recuerden lo que dijo el escritor y químico italiano Primo Levi: el destino del vino es ser bebido, el de la glucosa, ser oxidada", enfatizó el Mühlberger.

"Si no queremos abrumar nuestras neuronas y buscamos un cerebro joven, vital y longevo, hay una lista de alimentos que debemos comenzar a incorporar a diario: verduras de hojas verdes, peces azules, arándanos, huevo, palta, tomate, frutos secos, germinados y semillas", concluyó el especialista.


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