¿Cuál era la idea de felicidad de los aztecas y qué podemos aprender de ella?Había filósofos y sofistas, educación formal para enseñar valores e ideas profundas sobre la vida, todo lo cual fue plasmado en tratados, exhortaciones y diálogos. El famoso Códice Florentino, una recopilación de conocimientos de los aztecas realizada por el misionero franciscano español Bernardino de Sahagún, reproduce el discurso de un rey antes de asumir su puesto. Una página del famoso Códice Florentino, recopilación hecha por el misionero franciscano español Bernardino de Sahagún. Pero ese mismo hombre también "llora y se aflige". El rey entonces se pregunta: "¿Hay alguien que no desee la felicidad?". Esta es la mejor decisión que puedes tomar en la vida, según un neurocientífico que estudia la felicidad "Los aztecas no creían que hubiese ningún vínculo conceptual entre llevar la mejor vida que podamos por un lado, y experimentar placer o felicidad por el otro", escribió. Es decir, para ellos tener una buena vida y ser feliz no estaban asociados, algo que puede resultar extraño dada la tradición filosófica de Occidente. Tierra resbaladiza Existe un refrán azteca que resume este problema y que podría traducirse como "resbaladiza, escurridiza es la tierra". "Lo que querían decir es que, a pesar de tener las mejores intenciones, nuestra vida en la tierra es una en la que las personas son propensas al error, propensas al fracaso en sus objetivos y propensas a caer, como si estuvieran en el barro", detalló Purcell. "Además, esta tierra es un lugar donde las alegrías solo llegan mezcladas con dolor y complicaciones". Los aztecas creían que por más bueno, talentoso o inteligente que fueras, podrían pasarte cosas malas. O incluso podrías equivocarte, resbalarte y caer. Humberto Maturana, el biólogo chileno que propuso una definición de vida que hizo reflexionar hasta al dalái lama Cuatro niveles Esta vida arraigada podía alcanzarse en cuatro niveles, escribió Purcell en un artículo también publicado en Aeon pero en 2016. Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES Para ello, los aztecas tenían un régimen de ejercicios diarios sorprendentemente similar al yoga. El segundo nivel implica enraizarse con la psiquis propia, un concepto que igual no abarcaba solo la mente, sino también los sentimientos. Tercero estaba la comunidad, algo de crucial importancia para los aztecas. A diferencia de Platón o Aristóteles, que planteaban una ética de las virtudes centrada en el individuo, esta civilización indígena ponía el eje en la sociedad. Una vida digna de ser vivida no era posible sin lazos familiares, con amigos y vecinos, esos que te ayudarán a levantarte tras las inevitables caídas en la tierra resbaladiza. Por último estaba el arraigo a teotl, una deidad que no era otra cosa más que la naturaleza. Es así que este cuarto nivel se lograba con los tres anteriores, pero componiendo filosofía poética se lograba aún más rápido. Volver a Actualizarte |
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