"Game of Thrones" se prepara para la última batallaEl programa será recordado por sus gloriosas escenas de guerra, actos clave para el desarrollo de los acontecimientos que tienen lugar en la saga Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin. El despliegue técnico y artístico en ellas se convirtió en una marca registrada y en una promesa infaltable para rematar las temporadas. Sin embargo, no siempre fue así. En los comienzos del rodaje, allá por 2010 (el show debutó oficialmente en 2011), el presupuesto asignado por HBO no les dio mucho margen a los creadores David Benioff y Daniel Weiss para tirar la casa por la ventana. Uno de los momentos clave del primer libro, es decir el conflicto bélico que da inicio a la lucha por el Trono de Hierro, fue filmado desde el punto de vista de Tyrion Lannister, que es noqueado antes de empezar y se la pasa desmayado. Allí, en la Batalla de la forca verde, el ejército de su familia derrota a una porción del de Rob Stark mientras éste toma a Jaime como prisionero en otro lugar. Cuando Tyrion despierta, sólo es testigo del resultado, al igual que el espectador. Con la serie más consolidada y un rating que crecía a fuerza de descargas lejos de la legalidad del visionado de HBO, todo cambió para la segunda temporada (2012). El clímax llegó en el noveno capítulo, con la Batalla de Aguasnegras. La cadena de cable respondió a los ruegos de Benioff y Weiss con dos millones de dólares sólo para ese episodio. En ese trance, definitorio para la geopolítica de la historia, Stannis Baratheon sitia Desembarco del Rey con una flota de 200 barcos, pero es recibido por el ejército del rey Joffrey, comandado por Tyrion, y provisto de una sorpresita: fuego valyrio. ¿Se acuerda? Era verde y no se apagaba en el agua. Ahí quedó, de alguna manera, inaugurada la épica visual de Juego de tronos, que no defraudaría nunca, que redoblaría las apuestas cada año (la séptima temporada ostentó tres batallas en sus siete capítulos) y que crearía una nueva necesidad para combatir la ansiedad: mirar las escenas de parados. La que se viene Pero si los fans creían que “La batalla de los bastardos” o la de “Casa austera” fueron épicas en su concepción, deben saber que lo mejor está por venir. Elegido justamente por haber dirigido esas dos guerras para la pantalla, el director de raíces argentinas Miguel Sapochnik promete la escena de guerra más larga jamás filmada. Sin revelar datos de relevancia sobre lo que ocurrirá, el cineasta sí le contó a Entertaiment Weekly detalles increíbles sobre la producción, por ejemplo, que sólo la batalla que librarán los vivos contra el Ejército de los Muertos demandó tres meses de trabajo nocturno en pleno invierno de Irlanda del Norte. Cómo habrá sido de tortuoso que varios de los protagonistas rogaron no tener que hacer ese tipo de trabajo nunca más. Dormían durante el día y actuaban de noche a la intemperie, durante 11 semanas. Cómo habrá sido de tortuoso que una de las actrices principales debió ser atendida tras desmayarse en el set. Cómo habrá sido, que el proceso tuvo un apodo: le llamaron “La larga noche”. Luego, la frase “Sobreviví a la larga noche” se convirtió en remera para los miembros del equipo. Se sabe que habrá una guerra (la última) y se sabe el título: batalla de Winterfell, pero no se sabe cuándo ni cómo se llegará a esa circunstancia. Para adentrarse en el tema, Sapochnik pidió que recrearan la ciudad de los Stark casi entera y dijo que se inspiró en una de las batallas más largas de la historia del cine, al menos de las registradas: la del Abismo de Helm en El señor de los anillos: las dos torres, que dura unos 40 minutos. Quería analizar cuándo es que el espectador siente fatiga visual entre tanta lucha, según explicó a la revista. Y prometió hacerla mejor. Volver a Actualizarte |
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