Llega una miniserie sobre el asesino más letal: el ÉbolaNat Geo estrena The Hot Zone, sobre el virus que 30 años atrás casi cambia el destino de la humanidad. La miniserie de seis episodios está protagonizada por Julianna Margulies, que dice que aprendió sobre el virus “para volver a dormir bien”. Basada en hechos reales. Nunca tanto como ahora, esa introducción tan remanida resulta conmovedora: hace dos semanas, HBO estrenó la extraordinaria miniserie Chernobyl, que desde la ficción reconstruye la catástrofe de la planta nuclear de la ciudad de la entonces U.R.S.S. Este lunes 27, a las 22, National Geographic estrenará The Hot Zone, que recrea la aparición del virus mortal Ébola en los Estados Unidos. Ambos casos históricos, separados por unos poquitos años de diferencia (1986 y 1989, respectivamente) marcaron el final de la década de 1980, y hoy son reconstruidos en series que parecen de ciencia ficción, pero que fueron reales. En 1989, en un laboratorio científico en las afueras de Washington DC, el virus del Ébola hizo su aparición en suelo estadounidense. El hallazgo y posterior contención de este filovirus que alcanza una tasa de mortalidad de hasta un 90 por ciento, se realizó gracias a un grupo de científicos y soldados liderados por la teniente coronel Nancy Jaax (interpretada por Julianna Margulies). Ella es esposa y madre de dos hijos, y tiene uno de los trabajos más peligrosos del mundo: todos los días ingresa al laboratorio de Bioseguridad Nivel 4 del ejército, donde maneja los virus más letales. Al analizar una muestra diferente, sospecha que puede estar entre la categoría de los virus más mortales, conocida como filovirus. Más desconcertante resulta ser el lugar de donde proviene: un centro de investigación de primates a 30 kilómetros de la capital del país. Cuando una fuga en el laboratorio causa la pérdida de las muestras, todo se resume al instinto de Jaax contra el mundo. “Nancy es veterinaria y científica –describe Margulies a su personaje–. Quedó a cargo de estudiar el virus del Ébola cuando se detectó en Reston, Virginia, dentro de una estación de cuarentena para animales de laboratorio que se conoce como ‘la casa de los monos’”. Ella agrega que conoció “su lado más oscuro” haciendo este trabajo: “Los trajes para materiales peligrosos son insoportablemente incómodos. No fueron hechos para mujeres”, dice. Y describe los que usan al entrar en Reston, donde sacrifican a 400 monos, y los que usan en los laboratorios de riesgo biológico, que pesan cerca de 30 kilos. Volver a Actualizarte |
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