Jueves, 19 de Septiembre de 2019

Hallaron agua por primera vez en una supertierra potencialmente habitable

Científicos afirmaron haber detectado vapor de agua en un exoplaneta a 110 años luz de distancia, además, recibe casi la misma cantidad total de energía de su estrella que nuestra Tierra recibe del Sol

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Científicos planetarios de la Universidad de Montreal (Canadá) informan de la detección de vapor de agua, y quizás incluso nubes de agua líquida, en la atmósfera del planeta K2-18b, a 111 años luz de nuestro planeta. 

"Esto representa el paso más grande que se ha dado hasta nuestro objetivo final de encontrar vida en otros planetas, de demostrar que no estamos solos", dijo el autor principal del hallazgo, Björn Benneke, profesor del Institute for Research on Exoplanets. "Gracias a nuestras observaciones y nuestro modelo climático de este planeta, hemos demostrado que su vapor de agua puede condensarse en agua líquida. Esta es la primera vez", abundó Benneke. 

Este exoplaneta es aproximadamente nueve veces más masivo que nuestra Tierra y se encuentra en la zona habitable de la estrella que orbita. Esta estrella de tipo M es más pequeña y más fría que nuestro Sol, pero debido a la proximidad de K2-18b a su estrella, el planeta recibe casi la misma cantidad total de energía de su estrella que nuestra Tierra recibe del Sol. 

Las observaciones del telescopio espacial Hubble efectuadas entre 2016 y 2017 "nos permitieron descubrir que el planeta posee una atmósfera y que ésta contiene vapor de agua: dos buenas noticias en cuanto a la habitabilidad del planeta", explicó Giovanna Tinetti, coautora del estudio. "No se puede deducir que haya agua líquida en la superficie del exoplaneta pero creo que es muy posible", aseguró la astrofísica, del University College de Londres.

"Por ahora, el único planeta que conocemos que alberga vida es la Tierra. Pero esto no quiere decir que para ser habitable, un planeta deba ser a la fuerza exactamente como ésta".  El análisis de los datos recogidos por el Hubble y su comparación con diferentes modelos atmosféricos permitió a los científicos descubrir moléculas de vapor de agua y algo de hidrógeno y helio con alto significado estadístico en la atmósfera del K2-18b.

Los astrónomos no descartan que la atmósfera también pueda contener metano, nitrógeno y amoniaco, aunque aún no fueron detectados. "Este es el único planeta en este momento con la temperatura correcta [para la vida similar a la Tierra] y agua fuera del sistema solar", dijo Angelos Tsiaras, líder del equipo de investigación. ​Sin embargo, los astrónomos enfatizaron que el K2-18 b está lejos de ser un gemelo de la Tierra.

La estrella madre de este planeta, una enana roja, es mucho más pequeña y fría que el Sol. Es por eso que las zonas habitables se encuentran mucho más cerca y que el K2-18 b completa una órbita cada 33 días terrestres. El planeta está expuesto a poderosos flujos de radiación de su estrella, lo que reduce en gran medida las posibilidades de que esté habitado. 

Definitivamente no es una segunda Tierra", reconoció Tsiaras, quien sin embargo admitió que "este es el planeta que satisface más requisitos de habitabilidad que cualquier otro que conozcamos ahora mismo" y "nos acerca a la respuesta a la pregunta fundamental: ¿es la Tierra única?". 

"La singularidad de nuestro trabajo es que estamos entrando en una nueva era de exploración de las atmósferas de planetas similares a la Tierra", agregó  Sergéi Yúrchenko, otro miembro de la investigación. Hallado en 2015 por el telescopio espacial estadounidense Kepler, el exoplaneta orbita alrededor de la estrella K2-18, una enana roja situada en la constelación de Leo, a 110 años luz del sistema solar (un año luz equivale a 9,46 billones de km).

Es ocho veces más grande que la Tierra, es decir, es una "Supertierra" como todos los exoplanetas con una masa comprendida entre 1 y 10 veces la de nuestro planeta. Está seguramente compuesto por silicatos, como la Tierra, Marte y Venus, y de hielo.

Las similitudes entre el exoplaneta K2-18b y la Tierra sugieren a los astrónomos que el exoplaneta puede tener un ciclo de agua que posiblemente permita que el agua se condense en nubes y que caiga la lluvia de agua líquida.

Esta detección fue posible al combinar ocho observaciones de tránsito, el momento en que un exoplaneta pasa frente a su estrella, tomadas por el Hubble. La Universidad de Montreal no es ajena al sistema K2-18 ubicado a 111 años luz de distancia.

La existencia de K2-18b fue confirmada por primera vez por el profesor Benneke y su equipo en un documento de 2016 utilizando datos del telescopio espacial Spitzer. La masa y el radio del planeta fueron determinados por el ex estudiante de doctorado Ryan Cloutier de la Universidad de Montreal y la Universidad de Toronto. 


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