Viernes, 18 de Octubre de 2019

La falta de sueño modifica los procesos biológicos y perturba las conexiones entre neuronas

Dos estudios internacionales publicados en Science estudiaron el comportamiento de sueño alterado o corto en ratones

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Se saben los múltiples beneficios que el descanso y particularmente el sueño hacen a la salud, sin embargo no siempre estamos conscientes de su importancia en la vida diaria.

Necesitamos ocho horas de sueño por noche para que el cerebro descanse, a fin de que los procesos metabólicos se lleven a cabo correctamente con la energía resultante producida, así como para la renovación celular que realiza el órgano más complejo que poseemos mientras dormimos.

Privarse del sueño acelera la muerte de las células cerebrales a corto plazo, y mantiene cansado y de mal humor durante todo el día a la persona que duerme poco. Esta desconexión natural que realiza el cerebro todos los días es necesaria para consolidar la memoria, aprender y darle tiempo al cuerpo a que haga sus funciones de limpieza a nivel molecular.

Ahora, dos estudios internacionales con ratones encuentran que la privación de sueño modifica los procesos biológicos y los ritmos cíclicos de expresión de las proteínas.

Investigadores de la Universidad de Munich han publicado dos artículos en la revista Science en los que detallan cómo la privación de sueño altera procesos que ocurren en las conexiones neuronales (sinapsis). 

“Nuestro trabajo muestra que los ciclos de sueño y vigilia juegan un papel central en la regulación temporal de la función sináptica”, explicó María Robles, directora del equipo de investigación, que comparó qué ocurría en el cerebro de ratones que dormían sus horas con normalidad frente al de los ratones cuyo ciclo de sueño estaba alterado mediante privación de hasta cuatro horas de descanso.

Los científicos midieron los cambios en la fosforilación- mecanismo para el transporte de energía y la activación de proteínas para su funcionamiento-, la variación de proteínas y del ARN mensajero -necesario para sintetizar proteínas y encargado de viajar allí donde es necesario para iniciar el proceso de producir proteínas, por ejemplo en los neurotransmisores que permiten intensificar la actividad cerebral o bien la deprimen cuando lo el cerebro necesita descansar. Todos estos procesos regulan la actividad sináptica para el correcto funcionamiento del cerebro.

Y hallaron que el cerebro sigue ritmos de actividad y descanso muy marcados en los que destacan dos momentos clave: el amanecer y el anochecer, que coinciden con el inicio del sueño y de la vigilia en los ratones, respectivamente, porque los ratones son animales nocturnos.

Según el trabajo de los investigadores, en los ratones que no duermen suficiente, las moléculas no inician la producción de proteínas, necesarias para generar consciencia y pensamiento durante el día o relajar las neuronas durante el sueño.

Los resultados de estos estudios muestran claramente la influencia del sueño en la función sináptica en ratones. Según explican los autores, entender la magnitud y el origen de las dinámicas estudiadas puede ser de gran valor para analizar las deficiencias sinápticas y así comprender el papel de la temporalidad en las patologías cerebrales.


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